6 porciones – Tiempo de preparación: 10 minutos – Tiempo total: 1 hora
- 700 gramos de pechugas de pollo sin hueso, sin piel
- Sal de mar y pimienta negra
- 700 gramos de rábanos cortados (cualquier clase o una mezcla)
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- ¼ de taza de vinagre de manzana
- 3 cebollitas de verdeo rebanadas finamente, con tallo
- 2 cucharadas de perejil fresco, picado
- 2 cucharadas de eneldo fresco, picado
- 1 cucharadita de mostaza Dijon sin azúcar o mostaza amarilla sin azúcar
- ¼ de taza de mayonesa de cártamo
- Jugo de ½ limón
- 6 tazas de cualquier fruta de la fase 3
Aplana las pechugas de pollo a un grosor similar y salpimiéntalas. Asa el pollo alrededor de 4 minutos de cada lado, hasta que esté bien cocido. Déjalo enfriar y luego córtalo en tiras o en cubos.
Precalienta el horno a 220 °C. Mete una fuente grande en el horno para calentarla.
Rebana los rábanos más grandes a la mitad; pasa todos los rábanos a un tazón y añade 2 cucharadas de aceite de oliva. Revuelve para cubrirlos. Esparce los rábanos en la fuente para hornear caliente y hornéalos entre 25 y 30 minutos, moviendo la fuente una vez, hasta que estén suaves, pero no blandos, y empiecen a dorarse. Debes estar pendiente para que no se cocinen de más.
Mientras, en un tazón pequeño, bate la cucharada de aceite restante con el vinagre, las cebollitas de verdeo, las hierbas, la mostaza, la mayonesa y el jugo de limón. Cuando los rábanos estén listos, espera a que se enfríen un poco y luego empápalos en la vinagreta. Salpimienta al gusto. Añade el pollo asado, revuelve para mezclar y sirve caliente o frío, con 1 taza de fruta.